Vegetación muy variada

El Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara (PNSCG) se encuentra en el centro del Prepirineo oscense, a medio camino entre las cumbres de la cadena fronteriza y la Depresión del Ebro; con un fuerte contraste bioclimático entre la influencia atlántica desde el NW (hayedos y otros bosques caducifolios) y la mediterránea en su solana (carrascales y coscojares). Tanto es así, que el perfil que dibuja este Espacio Natural Protegido constituye un neto límite biogeográfico; por ejemplo, hasta aquí llega el abeto blanco (Abies alba). Este conjunto de sierras protegidas también presenta un considerable desnivel desde los 430 msnm, con romerales y pastos secos, hasta la cima del Tozal de Guara a 2077 con pastos montanos, vegetación subalpina y pinares de Pinus uncinata, más niveles intermedios con diferentes matorrales: sabinares, bujedos, enebrales, erizonales, etc. Además, destaca su heterogeneidad geológica (areniscas, calizas, margas o conglomerados) donde cortados, cañones y pedregales son elementos destacados.

Flora destacada

Estos medios rocosos, gracias a su relativo aislamiento, albergan algunas de las pocas poblaciones de plantas como: Cochlearia aragonensis, Aquilegia guarensis (ambas descritas de la enorme glera de su cara norte), Petrocoptis guarensis o Valeriana longiflora, endemismos con área limitada a este espacio o unas pocas montañas más del norte de la península.

Lugar de interés botánico

Esta formidable variedad vegetal y singularidad florística han atraído a destacados botánicos: I. de Asso (s. XVIII), C. Campo, P. Bubani y A. de Coincy en él XIX o, ya en él XX, C. Pau, J.A. Soulié (quien citó Leontopodium alpinum, el edelweiss, en su cima en 1911), M.T. Losa y de forma destacada P. Montserrat y su hijo José María, este último autor de la monografía sobre la flora y la vegetación de estas sierras (Montserrat, 1986). Este interés se ha mantenido hasta nuestros días con trabajos botánicos del Instituto Pireniaco de Ecología (CSIC) u otros más relacionados con el uso de la vegetación por parte de la Universidad de Zaragoza o del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón o encargados por el propio parque natural.

Las últimas revisiones mencionan unos 1446 taxones de flora vascular, un 60% de la flora del Pirineo y 45% del conjunto de Aragón (Gómez & al., 2011), de las cuales 18 plantas vasculares se encuentran en el vigente Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón así como 41 endemismos pirenaicos. También destaca la existencia de un catálogo briológico (Infante & Heras, 2007), grupo dentro del cual se puede destacar un taxón raro y amenazado: Buxbaumia viridis.

Servicios ecosistémicos

Para terminar, hay que citar al Prof. P. Montserrat, quien en 1986, antes de que se pusiera de moda el término de servicios ecosistémicos, resumió los que presta el PNSCG de esta forma: “Nos integramos a paisajes determinados para obtener alimentos (caza, pastos, heno, etc.), agua y esparcimiento.” La vegetación, junto con la geología, forman la base de estos maravillosos paisajes y por ello su conservación es una gran responsabilidad así como una excusa para visitar y conocer el parque natural, a lo que os animo.